Aunque se sabe que los antiguos canarios construyeron muros de piedra seca, no se puede constatar aún si los bancales más primitivos de esta isla datan de ese período. Algunos historiadores sostienen que fue tras la conquista, y con la inmediata introducción de la caña de azúcar en la isla, cuando comenzó el proceso de "fabricación" de tierras en bancales. Fenómeno que se inició precisamente en el cauce de este barranco, donde tenemos noticias de la creación del primer ingenio en las islas.
El proceso de construcción de la superficie
abancalada siguió una línea ascendente con dos picos que coinciden con
los de máximo crecimiento demográfico de mediados de los siglos XIX y
XX. La extensión del cultivo del plátano por el norte de Gran Canaria
supuso el último gran episodio de fabricación de bancales en la isla,
para lo que se invirtió mucho capital en la construcción de los llamados
bancales ingleses de plataneras.
Precisamente asociado a estos cultivos podemos apreciar la coronación de los muros con elementos horadados. Una estrategia que busca esquivar el efecto pantalla de los altos muros, permitendo el paso del viento y la luz.